Siervo bueno y fiel

      Las parábolas exponen verdades prácticas para la vida cristiana. Las mismas están directamente relacionadas con el reino de los cielos. Es decir; se trata de enseñanzas vinculadas con la compresión del evangelio. Dicha compresión se evidencia en las decisiones que se toman y la reacción ante las consecuencias de las mismas.

      La enseñanza, expresada en forma de parábola,  expuesta en Mateo 25:14-30 es un llamado de atención a tomar decisiones correctas. En la misma se observa como las buenas decisiones traen buenas consecuencias y viceversa. La expresión «¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel!..» es el reconocimiento para quienes han tomado decisiones correctas.

      Tomando en cuenta la parábola de Mateo 25:14-30 consideremos qué debemos conocer para tomar decisiones correctas en la vida. Sobretodo qué debemos conocer acerca de Dios y de nuestra condición como siervos de él.

* En primer lugar el Señor regresa y pide cuentas. Un punto crucial en la historia, contada en esta parábola, es el regreso del señor y el arreglar cuentas con los siervos. Vivir la vida con el conocimiento y la certeza de que entregaremos cuentas a Dios nos mantendrá concentrados en tomar decisiones correctas. Esto se fundamenta en la inminente certeza de que el Señor regresará, dicho conocimiento nos llena de esperanzas y debe mantenernos centrados en hacer la voluntad de Dios.

* En segundo lugar los siervos entregan cuentas. Cada siervo tiene la oportunidad de explicar a su señor que decisiones tomó en cuanto a la administración de los bienes. Lo resaltante de este momento es el ser hallado fiel. Dicho de otra forma, haber tomado las decisiones correctas. Son las decisiones las que arrojan el desenlace y las que hacen al señor declarar quien es «…bueno y fiel…» y quien «…malo y negligente…».

      Ante este cuadro presentado por esta parábola los creyentes debemos mantenernos centrados en tomar decisiones que contribuyan al reino de los cielos y con nuestra propia vida. Esperando que el día de entregar cuentas seamos hallados como siervos buenos y fieles.

Ocvin Ordoñez